27 de enero...Costa Rica...Yo sola en el baño de aquel pequeño, pero acogedor hotel mirando el pequeño test de embarazo fijamente sin saber bien que es lo que quería ver en aquella minúscula pantallita...De pronto, sin avisar y sin anestesia, aparecen dos rayas. Lo miro, lo remiro, y lo requetemiro para cerciorarme bien de que son dos y no una y media o una borrosa o vete tu a saber...No se si os habéis hecho algún test de esos, pero las combinaciones posibles son variadas y la diferencia entre los posibles resultados es, algo así, como que importante. Decido que si que son dos marquitas de color malva y de pronto me doy cuenta...Estoy embarazada, realmente mis primeras palabras fueron: la hemos liado y a miles de kilómetros de casa. No es que los kilómetros fueran importantes, pero el hecho de que el padre estuviera en otra franja horaria hizo que el momento perdiera un poco de intensidad. ¿Solución? Llamada por Skype para compartir el notición y a disfrutar de la vida. Después llegó el momento de compartirlo con mi hermana, Monica y con mi amiga Patricia, que fueron mis compañeras de viaje..lagrimas, sorpresa, abrazos.
Después llegó el momento de asimilar mi nueva situación y darle una vueltecita a todo lo que se me venia encima, pero claro estando en Costa Rica y disfrutando de unas merecidas vacaciones asimilar un embarazo se hace mucho menos complicado. Digo asimilarlo, por que vivirlo es otro cantar. Yo siempre dije que no me volvería paranoica cuando esto ocurriese, pero he de reconocer que estando en un país en el que la cerveza sin alcohol no existe y la coca cola sin cafeína no saben lo que es, llevar una dieta de embarazada es una tarea complicadilla. Sin querer aburriros con los detalles os diré que acabé con la reserva de arroz, de frutas con piel y de pollo. Menos mal que no me pilló en la India o en Marruecos...
A la vuelta comenzamos con las revisiones. Las que habéis pasado por esto sabéis que son casi como exámenes universitarios en los que si no has engordado apruebas y si te has pasado con los dulces, suspendes. Creo que según íbamos avanzando en el proceso, subir a la bascula se convirtió en un autentico momento de pánico. Os aseguro que para mantenerme en el peso que marcan los estándares de un embarazo sano, pasé hambre. Solo os comento que durante este verano...si si, este verano que ha sido el mas caluroso de los últimos tiempos, solo me permití comerme un triste helado a la semana ( eso sí, un magnum doble caramelo...si me pongo, me pongo). No quiero asustar a las futuras mamás, pero si yo no me ponía limites seguramente habría pasado de los 20 kilos con facilidad....y si cogerlos resulta una tarea bien sencilla, soltarlos es harina de otro costal. Yo cogí unos 11 kilos ( aunque si soy sincera fueron 12...y tuve la suerte de que Adriana se adelantó 2 semanas, por que al ritmo que iba los últimos días me habría puesto como la "moñoño".
Aclaración: Cuando digo que pasé hambre, no me refiero a que hiciera tonterías y por no engordar no le diera los nutrientes a mi pequeña..lo que quiero decir es que me si no me ponía limites en lugar de un plato de verduras y un filete de pollo empanado, me habría comido un plato de pasta y 3 filetes sin respirar. El embarazo da hambre, pero si crees que cuando nace tu pequeño la cosa va normalizarse, tengo que advertirte que con la lactancia la cosa empeora...pero de eso ya hablaremos.
El caso es que según iba creciendo la panza y ya no podía ocultarla llegó el momento de compartir la noticia con el mundo. En eso sí fui prudente y me esperé a que pasara el tercer trimestre para compartir con mi gente la buena noticia, La manera de decirlo quería que fuera diferente, así que aproveché el hecho de que no estamos casados, pero si prometidos para crear una falsa invitación de boda. Me encantó ver la alegría de la gente al pensar que iban a disfrutar de un bodorrio, y su cara de sorpresa al ver que en lugar de la invitación, lo que aparecía era esto:
Fue divertidísmo ver como le cambiaba la cara a nuestros amigos y familiares...Os recomiendo que si tenéis que compartir alguna noticia especial e importante, le dediquéis unos minutos a pensar una manera original e inolvidable de comunicarlo. Y si no se os ocurre, pedirme consejo.
De mi panza poco puedo decir que no os hayan dicho otras embarazadas...Que llega un momento en el que que para cortarte las uñas de los pies tienes que hacer auténticos malabares, que para poder depilarte las cejas tienes que usar una baqueta para poder acercarte el espejo y que si quieres depilarte tus zonas intimas ( a las que les pierdes la pista bien prontito) o las piernas tienes que pedir ayuda (algo muy triste e impensable)
Un detalle que a mis amigas se les olvidó comentar es que cuando estas embarazada pasas a tener una pequeña estufa en el interior y te conviertes en una autentica maquina de sudar. Si a eso le sumas que yo fui de las "afortunadas" en estar embarazada durante los meses de Julio y Agosto, pues os podéis imaginar las que liaba para vestirme de una forma coherente y fresquita a la par, y la cantidad de veces que me tenia que cambiar a lo largo del día y de la noche. No se lo recomiendo a nadie, así que si podéis intentar quedaros embarazadas durante el invierno mejor. Si bien los sudores no los vais a poder controlar por lo menos no le sumareis las inclemencias del tiempo a vuestro estado.
Pero después de todo lo vivido, de las emociones, los cambios de humor, las lagrimas incontrolables y sin venir a cuento, las risas cuando veía la panza moverse de un lado para otro, las miles de revisiones, tras un montón de ecografias, de escuchar el latido del corazón de mi pequeña a mil por hora, de verla crecer despacito y sana...llegó el momento del conocer a la pequeña Adriana. El parto fue estupendo, mucho menos traumático de lo que esperaba y todo salió estupendamente, así que ese capitulo de mi vida no se merece una publicación...aunque se me ocurren maneras muy cómicas de contarlo, así que igual un día me da la neura y lo comparto, pero por ahora solo una imagen...
Tenia ganas de compartir esta experiencia con todos vosotros...
A la vuelta comenzamos con las revisiones. Las que habéis pasado por esto sabéis que son casi como exámenes universitarios en los que si no has engordado apruebas y si te has pasado con los dulces, suspendes. Creo que según íbamos avanzando en el proceso, subir a la bascula se convirtió en un autentico momento de pánico. Os aseguro que para mantenerme en el peso que marcan los estándares de un embarazo sano, pasé hambre. Solo os comento que durante este verano...si si, este verano que ha sido el mas caluroso de los últimos tiempos, solo me permití comerme un triste helado a la semana ( eso sí, un magnum doble caramelo...si me pongo, me pongo). No quiero asustar a las futuras mamás, pero si yo no me ponía limites seguramente habría pasado de los 20 kilos con facilidad....y si cogerlos resulta una tarea bien sencilla, soltarlos es harina de otro costal. Yo cogí unos 11 kilos ( aunque si soy sincera fueron 12...y tuve la suerte de que Adriana se adelantó 2 semanas, por que al ritmo que iba los últimos días me habría puesto como la "moñoño".
Aclaración: Cuando digo que pasé hambre, no me refiero a que hiciera tonterías y por no engordar no le diera los nutrientes a mi pequeña..lo que quiero decir es que me si no me ponía limites en lugar de un plato de verduras y un filete de pollo empanado, me habría comido un plato de pasta y 3 filetes sin respirar. El embarazo da hambre, pero si crees que cuando nace tu pequeño la cosa va normalizarse, tengo que advertirte que con la lactancia la cosa empeora...pero de eso ya hablaremos.
El caso es que según iba creciendo la panza y ya no podía ocultarla llegó el momento de compartir la noticia con el mundo. En eso sí fui prudente y me esperé a que pasara el tercer trimestre para compartir con mi gente la buena noticia, La manera de decirlo quería que fuera diferente, así que aproveché el hecho de que no estamos casados, pero si prometidos para crear una falsa invitación de boda. Me encantó ver la alegría de la gente al pensar que iban a disfrutar de un bodorrio, y su cara de sorpresa al ver que en lugar de la invitación, lo que aparecía era esto:
De mi panza poco puedo decir que no os hayan dicho otras embarazadas...Que llega un momento en el que que para cortarte las uñas de los pies tienes que hacer auténticos malabares, que para poder depilarte las cejas tienes que usar una baqueta para poder acercarte el espejo y que si quieres depilarte tus zonas intimas ( a las que les pierdes la pista bien prontito) o las piernas tienes que pedir ayuda (algo muy triste e impensable)
Ultima foto antes de verle la cara a la peque...
Pero después de todo lo vivido, de las emociones, los cambios de humor, las lagrimas incontrolables y sin venir a cuento, las risas cuando veía la panza moverse de un lado para otro, las miles de revisiones, tras un montón de ecografias, de escuchar el latido del corazón de mi pequeña a mil por hora, de verla crecer despacito y sana...llegó el momento del conocer a la pequeña Adriana. El parto fue estupendo, mucho menos traumático de lo que esperaba y todo salió estupendamente, así que ese capitulo de mi vida no se merece una publicación...aunque se me ocurren maneras muy cómicas de contarlo, así que igual un día me da la neura y lo comparto, pero por ahora solo una imagen...
Tenia ganas de compartir esta experiencia con todos vosotros...
♥♥♥♥ Bienvenida Adriana ♥♥♥♥
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